lunes, 17 de diciembre de 2007

NOTA PUBLICADA EN LA REVISTA AIA nº 87 - pág. 24


 Inconclusiones

A LA SOMBRA DE LOS PARADIGMAS

Por:  Arq. AVILA, Elvio Dario
Egresado U.C.E. 1997
 
Inicié la carrera de arquitectura cuando el posmodernismo local más escenográfico y trivial daba sus últimos estertores. Mi formación transcurrió paralela a la difusión del Deconstructivismo y el High Tech -imposible olvidar el impacto que me causaron las obras de Morphosis, el museo Guggenheim (1997) de Frank Gehry o la variante más poética del High tech plasmada en las Torres Petronas (1998) de César Pelli.  Poco después de recibirme se popularizaba el Minimalismo, especialmente en el diseño de interiores, una visión ascética y depurada con antecedentes en, por ejemplo, la Ville Savoye (1931) de Le Corbusier.
Ya en el nuevo milenio el golpe bajo del 11S, y dos torres que se desmoronan junto con el orden y los ideales occidentales... Internet, cambio climático, culto al bienestar y tecnoarquitectura dejaron de ser especulaciones de ciencia ficción y pasaron a conformar nuestra realidad cotidiana. El diseño se coló en todas las áreas y pasó a ser el adjetivo más usado para dar valor agregado a los objetos.     Por estos días un nuevo expresionismo arquitectónico -con antecedentes desde el rococó, pasando por Gaudí, Mendelshon y Scharoun- nos maravilla con propuestas casi surrealistas y su es-cultora más fiel, Zaha Hadid, proyecta edificios  que desafían las convenciones formales y tecnológicas…
 
Lejos, a veces muy lejos, y a destiempo de todo cuanto acontece en la arquitectura de otras latitudes, estamos Nosotros, esta suerte  de micro-región  enlazada por una geografía, un clima, una lengua y una historia en común. Incapaces, no por falta de deseo sino simplemente por atraso, de seguir aquel vertiginoso baile de máscaras…
Faltaría a la verdad si no reconociera que me asombran los alardes arquitectónicos actuales pero, en el otro extremo, descubrí que me conmueve más la poesía contenida en un patio con resolana, la penumbra de la galería protectora, la luz cambiante bajo el pergolado refrescante, la eficacia térmica de los cielorrasos altos de las casas viejas, la versatilidad y nobleza de nuestras maderas, la arenisca con su carga histórica y la piedra mora, la ductilidad el mimbre y la habilidad los mimbreros, la trama sutil y compleja del aopoí, el reflejo del sol en el turbio río, mi tierra roja y la plasticidad del barro modelado y cocido, los verdes infinitos de la selva que todavía nos queda, el latido inquieto y caótico de nuestras ciudades…
 
El desafío consiste en encontrar la manera de ser genuinos evitando posturas románticas o folclóricas. El truco resida, tal vez, en dirigir nuestra mirada al quehacer metódico, humilde y silencioso de profesionales que, como Barragán, Dieste, Roca, Solano Benítez o Testa -ilustres entre tantos otros menos conocidos- crean obras que testimonian la incesante tarea de reinterpretar las particularidades de nuestra realidad cultural.
 
Intentar construir nuestro presente arquitectónico a la sombra de paradigmas globales requiere que seamos capaces de  releer nuestra cultura, decodificarla en sus múltiples aspectos para  valorarla, potenciarla   y rescatar los elementos que nos representen para, finalmente,  entrelazar nuestra identidad con la inevitable globalización.
Eso intentábamos hace veinte años. Y lo seguimos haciendo…

Comments

Daniela T. - 12/03/2008 07:16:22 p.m.
Tu patio con resolana me llevó a uno que es mío, enmarcado entre montañas leales y perennes, tan inasibles que te quitan el aliento; tan brutalmente vivas que te lo devuelven.
 
Tenés una manera muy digna de entretenerte con la ilusión de la existencia. 
 
D.-
                                                                  

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